Nicolás Maduro no visitaba China desde 2018, un aliado que afianzó su presencia con la llegada de Hugo Chávez al poder. Desde entonces, Caracas se endeudó con Pekín y se apalancó la relación de dependencia a cambio de liquidez por petróleo, reseñó la corresponsalía del diario bogotano El Tiempo, ubicada en Caracas.
Hoy Venezuela –aunque con algunas bocanadas de aire- no logra salir de su crisis económica ni política y tiene en puertas un proceso electoral para 2024, en el que el chavismo apuesta a un nuevo período presidencial con Maduro, pero para ello necesita más que una declaración de apoyo, es preciso liquidez monetaria. Al menos, así lo creen los analistas.
«¡Buenos días, Venezuela! Llegamos a Shenzhen, ciudad de la República Popular China, listos para lo que será una visita histórica para el fortalecimiento de los lazos de cooperación y la construcción de una nueva geopolítica mundial. ¡Pendientes! Lloverán buenas noticias para el pueblo venezolano», publicó Maduro en la red social X (antiguamente Twitter).
La Asamblea Nacional de Venezuela autorizó la tarde del jueves el viaje de Maduro por cinco días. Jorge Rodríguez, presidente del parlamento, habló de la autorización que será por cinco días y se espera que sea una gira de cinco días y que incluya otros países.
MADURO Y XI JINPING
La vicepresidenta Delcy Rodríguez, junto al ministro de Petróleo, Pedro Rafael Tellechea, la ministra de Ciencia y Tecnología, Gabriela Jiménez y el diputado e hijo del presidente, Nicolás Maduro Guerra, se adelantaron a principios de semana. La delegación llegó a Shanghai a principios de esta semana y según la agencia Bloomberg, buscaban negociar entre empresas conjuntas entre China y la empresa estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
El grupo también se reunió con el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, y con Dilma Rousseff, presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo (Brics). La comitiva también visitó la Bolsa de Petróleo y Gas de Shanghai, el centro financiero del país oriental.
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«Maduro necesita en esta visita al menos garantizar ingresos por cinco mil millones de dólares para cumplir con una leve reactivación de la economía y por supuesto poder disponer recursos en el 2024 que es año electoral”, comenta a El Tiempo Carlos Zambrano, profesor retirado y experto en asuntos de China y Asia.
Datos públicos indican que Pekín prestó en el pasado más de US$60.000 millones en deuda respaldada por petróleo a través de bancos estatales hasta 2015, lo que alcanzó un nivel de inversión diplomática y financiera sin igual en otras partes de América Latina.
Para 2018, según publica AFP, la deuda se ubicaba en 20.000 millones de dólares, razones por las que China estaría evaluando nuevos préstamos. “Hay algunas personas que creen que en China hay escepticismo sobre la inversión en Venezuela hasta que esta no pague o abone más a la deuda contraída, por lo que no creen que en esta oportunidad haya más que algunas promesas”, reitera Zambrano.
Esta visita, además, ocurre en medio de la rivalidad entre Washington y Pekín, pero, a su vez, la administración de Joe Biden busca una mediación en el conflicto venezolano, presionando con sanciones a cambio de elecciones libres.
CONFRONTACIÓN POLÍTICA MUNDIAL
“Desafortunadamente Estados Unidos está abandonado un suplidor de petróleo confiable y cercano con una política poco acertada hacia Venezuela, dando espacio al expansionismo e influencia del gigante asiático en el continente y en el más grande proveedor energético de la región”, explicó a este diario.
Y esa influencia China podría reforzarse con la coyuntura financiera y militar rusa, lo cual “está obligando el presidente Maduro a poner todas sus esperanzas y energías en la República Popular China”, así lo vaticina Daniel Arias, politólogo y experto en desarrollo regional.
Para Arias, un “tímido” desplazamiento ruso por el chino se vio en el desfile naval de la batalla del Lago de Maracaibo en el que se exhibió el nuevo material de guerra traído de China.
Además, sus otros aliados no están en capacidad de socorrer económicamente a Venezuela, como Irán y Cuba, “en este sentido, Maduro necesita la seguridad de tener miles de millones de dólares para poder establecer un aumento efectivo de sueldos y salarios de cara a las elecciones, sin que explote la inflación y a la vez poder financiar una serie de operaciones no solo de gasto corriente, sino de algunos gastos de inversión que permitan a la economía sobrevivir durante muchos meses”, explica Arias.
La Cancillería venezolana ha calificado la visita de Maduro a China como “histórica”, pero para Arias, es más bien “obligatoria” para poder seguir sobreviviendo a las sanciones y sumar esfuerzos al plan geopolítico chino.
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